El claustro


Claustro Desde la nave del transepto por el lado del evangelio se sale al claustro, para ello es preciso pasar por una pequeña sala rectangular con bóveda de medio cañón que era la antigua sacristía. Desde esta sala se accede a otra cuadrangular mucho más pequeña con cubierta de crucería cuyos nervios descansan en cada uno de los ángulos de la sala. Esta sala era donde se guardaban los libros que los monjes utilizaban en la liturgia o en los rezos por el claustro. A la salida de esta sala dos pequeños nichos (los "armarium") servían para dejar los libros que estaban en uso por los monjes.

 

Por estas dos salas hemos llegado al claustro desde el templo. El claustro está fechado en los siglos XIV y XV, es de estilo gótico y está formado por cuatro crujías o pandas de seis tramos cada uno de ellas, más las angulares. Este claustro vino a sustituir a otro románico del siglo XII del que no queda más que los muros perimetrales que forman el actual claustro.

 

El claustro desarrolla su arquitectura con arcos apuntados que se abren al patio claustral, se decoran con tracerías en la parte superior que apoyan en tres columnas estriadas que dejan cuatro vanos abiertos. Las pandas Este y Sur se fechan hacia finales del siglo XIV durante el mandato del abad Lope de Gallur (1332-1362). De fecha posterior es la panda Oeste y más tardía la panda norte ya en tiempos del abad Pedro de Eraso (1468-1502). Las pandas se cubren con bóvedas de crucería con claves historiadas con figuras de abades o escudos de armas de los abades como el de Pedro de Eraso.

 

Las bóvedas de las pandas apoyan por su parte interior en ménsulas adosadas a los muros, algunas lisas y otras con representaciones historiadas de las más variadas: San Juan, San Lucas, San Mateo, una mujer sumergida en un caldero a la que dos dragones muerden el pecho, escenas de recolección de la viña y diversos escudos. También una escena de cacería, un perro atacando a un ciervo, un abad sentado bajo un dosel decorado, una sirena peinándose los cabellos, un centauro persiguiendo a un animal fantástico, labrador entre pámpanos, Sansón desquijando al león, un caballero andante, San Miguel pesando las almas de los difuntos, hombres con capas, motivos vegetales y la caza del jabalí.

 

Algunos de los capiteles de las arquerías se encuentran historiados por su lado exterior, así podemos ver en el capitel sur-oriental una cabeza del hombre-primavera de cuya boca salen pámpanos y hojas de vid, la siguiente escena es un monje realizando la vendimia a la que le sigue un monje mordiendo un racimo de uva, le sigue una monja observando entre hojas vid y otra monja comiendo una uva. Otro capitel de la panda sur representa una serie continua, en la primera comenzando por el exterior vemos a un monje que sostiene un grueso sarmiento, la siguiente escena es un lebrel tumbado mordisqueando un racimo de uvas, le sigue una cabeza de mono apareciendo entre las hojas de la parra. Una tercera columna muestra a un animal fantástico comiendo un racimo de uvas. Un cuarto capitel muestra a dos músicos entre hojas de parra. Hay más figuras distribuidas por el claustro con similares características pero muchas de ellas se encuentran erosionadas por el paso del tiempo y son prácticamente irreconocibles.

Claustro Desde la nave del transepto por el lado del evangelio se sale al claustro, para ello es preciso pasar por una pequeña sala rectangular con bóveda de medio cañón que era la antigua sacristía. Desde esta sala se accede a otra cuadrangular mucho más pequeña con cubierta de crucería cuyos nervios descansan en cada uno de los ángulos de la sala. Esta sala era donde se guardaban los libros que los monjes utilizaban en la liturgia o en los rezos por el claustro. A la salida de esta sala dos pequeños nichos (los "armarium") servían para dejar los libros que estaban en uso por los monjes.

 

Por estas dos salas hemos llegado al claustro desde el templo. El claustro está fechado en los siglos XIV y XV, es de estilo gótico y está formado por cuatro crujías o pandas de seis tramos cada uno de ellas, más las angulares. Este claustro vino a sustituir a otro románico del siglo XII del que no queda más que los muros perimetrales que forman el actual claustro.

 

El claustro desarrolla su arquitectura con arcos apuntados que se abren al patio claustral, se decoran con tracerías en la parte superior que apoyan en tres columnas estriadas que dejan cuatro vanos abiertos. Las pandas Este y Sur se fechan hacia finales del siglo XIV durante el mandato del abad Lope de Gallur (1332-1362). De fecha posterior es la panda Oeste y más tardía la panda norte ya en tiempos del abad Pedro de Eraso (1468-1502). Las pandas se cubren con bóvedas de crucería con claves historiadas con figuras de abades o escudos de armas de los abades como el de Pedro de Eraso.

 

Las bóvedas de las pandas apoyan por su parte interior en ménsulas adosadas a los muros, algunas lisas y otras con representaciones historiadas de las más variadas: San Juan, San Lucas, San Mateo, una mujer sumergida en un caldero a la que dos dragones muerden el pecho, escenas de recolección de la viña y diversos escudos. También una escena de cacería, un perro atacando a un ciervo, un abad sentado bajo un dosel decorado, una sirena peinándose los cabellos, un centauro persiguiendo a un animal fantástico, labrador entre pámpanos, Sansón desquijando al león, un caballero andante, San Miguel pesando las almas de los difuntos, hombres con capas, motivos vegetales y la caza del jabalí.

 

Algunos de los capiteles de las arquerías se encuentran historiados por su lado exterior, así podemos ver en el capitel sur-oriental una cabeza del hombre-primavera de cuya boca salen pámpanos y hojas de vid, la siguiente escena es un monje realizando la vendimia a la que le sigue un monje mordiendo un racimo de uva, le sigue una monja observando entre hojas vid y otra monja comiendo una uva. Otro capitel de la panda sur representa una serie continua, en la primera comenzando por el exterior vemos a un monje que sostiene un grueso sarmiento, la siguiente escena es un lebrel tumbado mordisqueando un racimo de uvas, le sigue una cabeza de mono apareciendo entre las hojas de la parra. Una tercera columna muestra a un animal fantástico comiendo un racimo de uvas. Un cuarto capitel muestra a dos músicos entre hojas de parra. Hay más figuras distribuidas por el claustro con similares características pero muchas de ellas se encuentran erosionadas por el paso del tiempo y son prácticamente irreconocibles.