Iglesia Abacial


Iglesia abacial. De estilo románico en combinación con el gótico. Siglos XII y XIII. La fachada donde se encuentra la portada de entrada se abre al occidente y está realizada entre finales del siglo XIII o principios del XIV por lo tanto posterior a la propia iglesia. La portada está formada por doce arquivoltas abocinadas apuntadas y molduradas que descansan en doce parejas de columnas con capiteles de decoración vegetal (hojas de trébol y de cardo) que todos unidos forman un gran friso corrido. Sostiene el tímpano un pilar rectangular cuyo capitel está adornado con decoración vegetal entremezclada por donde asoman un gran número de pequeñas cabecillas. En las ménsulas laterales de las jambas (mochetas) podemos ver dos figuras, la primera un obispo con una cruz de la Orden de Calatrava en el pecho y el segundo, un abad con los atributos de su cargo. La portada se alza sobre un podio corrido lo que obliga al uso de una corta escalera con unos pocos peldaños. Consideramos que el obispo que lleva la Cruz de Caravaca hace alusión a su pertenencia al monasterio de Fitero, donde nació la Orden de Calatrava, aunque otras versiones consideran que la cruz es de la Orden de Alcántara que seguían regla del Cister.

 

El tímpano es completamente liso a excepción de una especie de crismón (siglo XIII) de la parte superior que se aparta un tanto de las características habituales de los mismos. Formado por dos círculos, el externo con decoración perlada, en el circulo inferior muestra la figura del Agnus Dei mientras que en el circulo exterior las letras, Alfa (hoy desaparecida), Omega minúscula y Sóter (S) (Principio, Fin y Salvador), además de las propias XP. Dentro de este circulo vemos un gallo (símbolo de la resurrección de los muertos) y una estrella de ocho puntas (la luz) y en la parte inferior un dragón con sus plumas y un grifo alado (triunfo de Cristo según se narra en el Apocalipsis). En la parte externa del crismón, el sol y la luna (símbolo de la divinidad y de la humanidad de Cristo) en la parte superior y en la parte derecha inferior un pantocrátor rodeado por el tetramorfos, mientras que en la parte izquierda inferior un escena que bien podría tratarse de una Natividad, vemos a la Virgen con el Niño en el interior de un arco trilobulado perlado y fuera del arco una pequeña figura que representa a San José. Este crismón bien pudiera ser parte reaprovechada de la anterior iglesia románica.

La portada se enmarca en un gran arco apuntado formado por dos niveles separados por un alero decorado por canecillos con extrañas figuras que recuerdan a la escuela de Cluny. Se considera que las figuras que forman este alero es de época anterior, reaprovechados de la anterior construcción románica. En total son 27 figuras que abarcan una amplia representación de distinta índole: músicos (zambomba, violín), vicios, una Anunciación, la rueda de la fortuna, luchas entre hombres y fieras y un Cristo Crucificado de aspecto sonriente con una diadema bizantina a modo de corona y dos ángeles sosteniendo los brazos de la cruz.

 

Por detrás de la fachada y a la altura del alero antes descrito corre un camino de ronda de tipo militar que recorre toda la fachada de extremo a extremo y que termina en su lado derecho en una escalera helicoidal que permite el acceso a la parte superior. Dos vanos aspillerados permiten la iluminación de este camino y nos permite adivinar desde el exterior su ubicación interior.

 

En el nivel superior de la portada, un tímpano liso con un pequeño óculo que en mejores épocas pudo ser un gran rosetón de las mismas características que los dos inferiores, pero que en 1536 desapareció por el actual bajo el mandato del abad Martín de Rada II.

 

A cada lado de la fachada, dos rosetones de inspiración borgoñona que se corresponden con las naves laterales y que permiten la iluminación de estas. El centro está formado por un óculo polilobulado estrellado del que nacen dieciséís nervios que acaban en dos arcadas entrecruzadas que forman dieciséis vanos.

 

Coronando el centro de la fachada una torre renacentista de 40 metros de altura, realizada entre 1630 y 1640 por el maestro Juan de Irún, siendo abad Ángel del Águila.